El Grupo 7 en la formación de la arquitectura racionalista italiana : 1927-1930
- Autor/a: Ilaria Bernardi
- Tipo: TD DPAA (Tesis Doctoral)
- Línea de investigación: Discursos, Maestros y Obras
- Directores: Álvaro Soto Aguirre, Filippo Lambertucci
- Defensa: 2018 Septiembre
La tesis examina la formación, las vicisitudes colectivas e individuales y las obras realizadas por el Grupo 7, que protagonizó, una breve, pero importante, etapa de la arquitectura italiana entre 1926 y 1931. El Grupo 7 – fundado por Giuseppe Terragni, Luigi Figini, Gino Pollini, Carlo Enrico Rava, Sebastiano Larco, Guido Frette, Ubaldo Castagnoli luego sustituido por Adalberto Libera – se forma en Milán, el área económica e industrialmente más desarrollada del país. Ya desde el principio, los arquitectos se dirigen a Europa, siguiendo los exponentes más importantes del movimiento moderno con una atención especial hacia los maestros alemanes y Le Corbusier. El objetivo perseguido por el grupo es la modernización de la arquitectura italiana, lingüística y social, gracias a las nuevas teorías y a los nuevos medios de construcción, actualizados constantemente. El grupo declara sus intentos de reforma con la publicación de cuatro artículos programáticos (1926-1927), e intenta desarrollar las reflexiones fundacionales – entre las que cabe destacar la continuidad con la historia y la tradición italiana, la colocación del racionalismo italiano dentro del debate europeo, el uso de nuevos materiales de construcción – en los proyectos siguientes. En un principio, estos proyectos se realizan participando en exposiciones de gran relieve para conferir al grupo y a los principios de la arquitectura racionalista la máxima visibilidad. En la primera ocasión pública, la III exposición de Artes Decorativas en Monza (1927), los arquitectos presentan industrias, investigando sobre la aplicación de los elementos constructivos seriales; el año siguiente diseñan las “casas económicas e italianas” para la primera Exposición de Arquitectura Racional Italiana (1928). Esta manifestación, organizada gracias a la presencia de A. Libera, que acaba de unirse al Grupo 7, es muy importante porque los arquitectos difunden a nivel nacional la discusión crítica y política a propósito del racionalismo italiano. El Grupo 7 intuye que el tema de la casa, surgido inicialmente como idea proyectual durante la visita de algunos de los miembros al Weissenhof de Stuttgart, es lo que les permite colocarse de manera más eficaz en la acción de renovación de la ciudad y de la sociedad italiana. Es decir que ellos básicamente eran un grupo de valientes arquitectos, con clientes en la clase burguesa, que intentaban llegar al máximo nivel de encargos públicos y a la clase política que en Roma y desde Roma expresaba la intención de poner en marcha un exaltante proyecto de renovación de la capital y de las ciudades italianas. En los años siguientes la experimentación del tema de la vivienda empeñará al grupo y cada uno de sus miembros, como, por ejemplo, en la participación a los concursos para el Mobiliario económico de 1928, que les permitirá estudiar los interiores de las casas; en la propuesta del Plan urbano de Bolzano (1929), con atención hacia las áreas residenciales, pero también por las áreas industriales y terciario; hasta llegar a los primeros trabajos realizados justo en el ámbito de la vivienda, como el complejo residencial “Novocomum” (1927-1929) de Terragni y un pabellón construido para la IV exposición de Monza, como si fuera realmente una casa moderna: la Casa Eléctrica (1930), realización de cuatro miembros del Grupo 7. Las dos obras se colocan enseguida en el ámbito teórico ya postulado por el grupo, ya que contribuyen a definir la identidad distintiva del racionalismo italiano con respecto a los demás movimientos europeos. Además, esas indican el camino para conseguir aquellos objetivos de modernización de la arquitectura italiana, que los siete arquitectos ya habían declarado con vehemencia. En el momento cumbre de su popularidad, el Grupo 7 decide disgregarse, de manera espontánea, para formar un movimiento más amplio: el M.I.A.R. (Movimiento Italiano de Arquitectura Racional), que organiza la segunda Exposición de Arquitectura Racional (1931), y que sin embargo sufre una tajante interrupción a causa de la intervención de Marcello Piacentini y de su intención de restaurar el orden. A partir de aquí el trabajo común para la afirmación de la arquitectura Racional propuesta por el Grupo 7 se interrumpe definitivamente. Por eso, el último capítulo de la investigación se extiende más allá de la fecha oficial de la disolución del Grupo 7, para seguir a sus protagonistas en su reflexión, su proyecto y su intervención para la renovación de la ciudad moderna, predominada por el tema de la casa popular, prefabricada en los materiales y racional en su concepción. Se trata de un tema que ellos mismos, aunque de manera no sistemática, habían empezado a tratar en grupo desde distintos puntos de vista (los materiales, la industrialización, los interiores domésticos, la decoración, la relación con la naturaleza) y que perfeccionaron en los años sucesivos, ya durante la segunda guerra mundial (1941) – gracias a la iniciativa de Giuseppe Pagano y de la revista por él dirigida, Casabella; finalmente, se enfrentaron con la realidad de la gran reconstrucción italiana de la posguerra, cuando, en 1949, se lanzó el imponente programa nacional de reconstrucción y ampliación de las ciudades italianas, conocido como Programa INA-Casa. La importancia de este recorrido resulta evidente en el proyecto que Terragni elaboró con Sartoris para el barrio obrero de Rebbio (1938), publicado por Pagano en uno de los tres números de Casabella dedicados a la Casa Popular en 1941. Y deviene importante resultado de la arquitectura racionalista italiana en la construcción del barrio Harrar Dessié en Milán, coordenado y parcialmente diseñado por Figini y Pollini (1951-55); y también en la Unidad de habitación horizontal del barrio Tuscolano (1950-54), realizada en Roma por otro gran protagonista del Grupo 7, Adalberto Libera, basada en los principios racionalistas que habían llevado a la teorización de la ciudad horizontal (véase también Pagano, Diotallevi, Marescotti en Milán). La tesis termina reconociendo en estas obras la continuidad de pensamiento y proyectual de los grandes maestros del racionalismo italiano, obras en las que la visión de la arquitectura y de la ciudad racionalista, aprendida y compartida en la experiencia del Grupo 7, obtuvo su máximo reconocimiento en la maduración de sus protagonistas.