Sagrado Instinto: dos lugares de culto en la obra de Álvaro Siza

Este trabajo toma prestado su título de un fragmento del Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa: «el sagrado instinto de no tener teorías». Y es que Álvaro Siza (Matosinhos, 1933) ha hecho de la ausencia de método, teorías o discursos la razón de ser de su arquitectura. Sus edificios son respuesta directa a los condicionantes de su proceso de concepción, por lo que es imposible encontrar dos iguales. Es muy difícil hablar de la arquitectura del maestro portugués en términos absolutos. Eso hace que sea tan interesante realizar una comparación entre algunos de los muchos edificios que componen su extensa carrera, y en este texto me voy a centrar en dos de sus obras de carácter religioso.
Cuando se inauguró la Iglesia de Santa María, en Marco de Canaveses, en el año 1996, Álvaro Siza ya contaba con más 30 años de carrera a sus espaldas, pero era su primera incursión en el terreno de la arquitectura religiosa. Eso motivó que se le preguntase repetidas veces por sus creencias, algo a lo que el arquitecto siempre se cuidó de responder, considerando que ser o no religioso, o practicante, no iba a tener efecto alguno en su capacidad de hacer buena arquitectura eclesial.
Desde entonces, Siza no ha construido más que otra iglesia, y cuatro capillas. Una de ellas, la Capela do Monte, inaugurada 22 años después, será la otra protagonista de este texto. Son dos obras muy espaciadas en el tiempo, por lo que ofrecen buena muestra del hacer de un arquitecto en diferentes momentos de su trayectoria profesional. La Iglesia de Santa María y la Capela do Monte cuentan con las suficientes similitudes para que sea interesante compararlas, pero con una gran cantidad de diferencias – entorno, escala, aspecto… – que ofrecen una perspectiva muy interesante acerca del trabajo del arquitecto en contextos y situaciones muy variadas.
La comparación entre ambas obras servirá para explorar los mecanismos proyectuales que ha seguido Siza en su – escasa – producción religiosa, además de poder entablar un diálogo con el resto de su obra, y con otras iglesias y capillas de grandes maestros que sin duda le han influido.